Levemente levanto los párpados
es un encuentro apenas querido
surgen tinieblas de un manto de luz
opaco, las sangres cohabitan un espacio
entretenido. Tenuemente, la lascivia
profana mi templo, he de ir allí,
en busca de los ínfimos recordatorios.
Allí, donde patos y cocineros,
vuelan, y cansancios bruscos apetecen
a algún adinerado.
Levemente lejano presiento la vieja erudición,
yo me largo-. ©