Hay momentos en que los problemas nos impiden pensar con claridad. A veces los cambios en la vida provocan una inmensa ola de palabras en tu cabeza y los pensamientos vienen y se van hasta convertirse en una montaña de barro quedando pegados a tu mente. Aparecen los detalles inadvertidos, los comentarios dichos en un mal momento, los sueños truncados que se convierten en tristeza, y las ilusiones rotas en mil pedazos, listas para desmoronarse.
¿Qué hacer? Pues, nada. Hay que seguir caminando, afrontando la tormenta, sacar lo mejor y desechar lo que no conviene.
Perdonar es una herramienta muy eficaz ya que permite no quedarnos tirados en el camino. La rabia y el rencor trae aliados: Dolores de cuerpo, de las articulaciones, la cabeza y el alma que se envenena. Y que decir de la venganza, la cuál trae consigo destrucción y nos deja más ansiosos que antes y que en la realidad no otorga ningún placer. Seguir adelante es la mejor opción, mirando el futuro, disfrutando de los cambios que vienen, de ver gente que se va de nuestro lado y llegan otras. No te quedes detenido como un estanque de agua que al no moverse se pudre y se contamina. Debemos ser como el agua de un río que nunca se detiene y que sigue su curso hasta llegar al océano para así seguir navegando. Siempre debemos seguir... siempre.
Cristina C ©️♥️🇨🇱