¡La hora más oscura es la que antecede al amanecer!
Esta noche de luna llena, la necesidad de ti se ha hecho grande y el alma pesa aún más. Instantes hubo que morir quise, en el mar de tu indiferencia, en el gota a gota de tus palabras y el doloroso silencio.
Arandelas de amor construyo mi corazón, para ti, para mí. Te ama y te amará, que resiste abandonarte. No conoce limitaciones. No sabe retroceder.
Dice el poeta “El amor no existe, existe el ansia de amor” Disiento de su parecer. Quizás, porque no anduve su mismo camino ni calce sus sandalias.
He amado en atención al clamor del corazón y el sentir del alma.
Pétalo tras pétalo, luna tras luna, desgaje mi pluma en letras, en versos, que ungidos de elixir, florearon tus pupilas, tus manos e incendiaron tu cuerpo en éxtasis de amor intenso.
Se hizo necesaria esta ruptura. La daga de tus palabras estériles atravesaba mi garganta. Sé que no es el final, solo es el principio.
Quise saber y lo he probado, que te amo más de lo que pensé y te sueño más de lo que soñé.
¡Y nunca fue la vida, más vida que a tu lado!
¡Y nunca fue la muerte un instante eternizado!
¡Hondos cataclismos
Ausencia penetrante!
¡Llantos viscerales
Dolor agonizante!
*Imagen de Thumb3.
Luz Marina Méndez Carrillo/27052019/Derechos de autor reservados.