Hay mi rosita, por qué eres así? si nos
dimos amor con locura. Hoy pasas por
mi pequeño jardín, y las rosas que tengo
de vivos colores ni las miras, porque saben cómo me hiciste felíz en esas tardes, a la orilla del mar, tú misma
me decías: deja que llegue la noche y
gozar de lo nuestro con loca pasión.
Que bonito era porque la mar estaba pasiva, y creo que nos dejaba difrutar
del edilio que teníamos los dos. Que
pena siento hoy, cuando pasas sólo
de reojo, mi jardín se siente
igual porque sabe también de como
Nos amamos sin control.