Aquel café juntos...
mientras los nervios
comían de tu mirada fría,
intercambiando noches
de charlas inspiradoras a falta de sueño
o quizás sueños...
Es inevitable
no protestar contra el destino
cuando le falta cafeína a los sentidos,
y se quedan dormidos a medio camino,
mientras nosotros
rozamos el insomnio lento,
alcanzando la madrugada con el dedo.
Aquel café juntos nos volvió más poetas,
escondiendo dramas entre las letras
Y perdiendo sueños en su espuma de algodón.
Aquel café, tenía sabor a recuerdos y olía a adios...