Pajarillo
Extiende el corazón sus brazos al cielo
como un bebé en su cuna.
Llora la razón su llamamiento;
“¡No vueles, pajarillo, del nido!
Pajarillo no vueles,
que en el cielo estarás perdido.”
Y sigue el pajarillo con sus brazos extendidos.
Rojo pajarillo, ¡corazón con alas!
Ansías la libertad y saltas de mis garras.
Blandas garras, blandas,
desgarradas te sujetan
evitando la partida que será tu caída.
¡Ansías volar pajarillo de rosas!
Sordo a mi llanto y a mi martirio,
me das la espalda y aguardas tu llamada.
Corazón con mil plumas adornado,
el volar es morir en la mar de Machado.
Engañoso tu vuelo, hiriente tu libertad;
es la falsa salvación de esta realidad.
Te dará calor, pajarillo de sangre,
mas arrancará tus plumas y a volar no volverás.
Pajarillo no vueles,
no saltes a sus brazos:
son la prisión de todos tus actos.
BDP