Entre los escombros, que los aviones de guerra siembran a su paso, surgió mi niña. Sus ojos acostumbrados a las sombras del horror, brillaban como las estrellas y en sus labios florecía una sonrisa.
¡Pronto volverá la paz madre, pronto volverá la paz! Me dijo.
He visto a un soldado, escribir una poesía.