¿Es esto acaso el cardo,
el preludio oscuro de mi vida
en su secuela de episodios
improvisados de un alma
desvaída?
No podría decir que posiblemente
lo sea, pero estoy seguro que
la vida no es más que una caótica
sucesión de precuelas y secuelas.
Ayer sábado a la tarde no lo sabia
pero estuve en la precuela,
la conocí sentada en una banca
de la plaza de Atlixo Puebla.
Y ahora sé muy bien que es lo
que me espera,
me enamoraré rotundamente
de aquella, de ella, sin querer
sin que yo lo supiera…
Que injusta es la vida.
¿Cómo se llama?
¿Valeria?...