Flamante mirada en nula sonrisa
se ve puesta en el ocaso del día,
paso avanzado cual llevara prisa
y el vestido largo el viento movía,
vi su mano envuelta en joyas de pisa
disfrutaba el sabor de una sandía
fragancia a genciana lleva la brisa
sin ningún bemol pues yo la veía.
Ella era escultura en viva mujer,
ella era agua clara en el río mosa
ella era silencio, era atardecer,
también era hidalga en una carroza,
era el vino tinto para beber,
ella era así, era muy bella y hermosa.