LLUEVE OTOÑO
(19 de mayo de 2009 )
Gotas cobrizas, rubias pintan de oro los amaneceres,
pasan crujiendo las calles bajo los tapices dorados,
se desprenden de las hojas
sus sombras de miel y en caravanas
forman un río de polvo en la tierra rojiza.
El ramaje filtra sin aleteos los opacos fulgores,
las horas cobreñas sorben las luces espirituales,
el frío invade al sol que vierte lumbres de madero,
cortejo de nidos vacíos por el trigueño sendero.
Se escucha el ruido del paso del tiempo,
recogiendo los últimos remiendos
que el otoño dejó en suspenso.
Aire pálido y tostado de ocres
en cicatrices de remotos desengaños,
atrás han quedado los volcanes del verano.
Otoño, tú que doras la hojuela que agoniza
no te vayas todavía
para que el invierno... no venga tan de prisa.