Un momento puntual en nuestras vidas,
el destino nos tenía preparado,
una página ideal para este libro,
una historía para dos enamorados.
En esa estación de metro
las miradas se cruzarón,
tu sonreíste al mirarte,
yo saludé con la mano.
Sin querer nos acercamos
y te cogí de la mano,
ese fue el primer momento
después nos enamoramos.
Ahora te recito versos
cuando hasta el metro llegamos,
tu me regalas sonrisas
y el momento recordamos.
J. Piñeiro