Y así los astros anunciaban un día de dolor sobre mi vida.
La luna en forma de amarillos cuernos pendían sobre ella.
Un rojo capote subía a buscarla del lecho marino,
Oscuro era todavía el sombrío pueblo de la Vall d´Uixó.
Triste hora de un nuevo amanecer,
clonado del de ayer, clonado del de mañana.
Incesante era el susurro de los obreros moviendo a sus labores como yo.
El sol nacía para iluminar la desgracia más alta de todo ser viviente:
La de ser hombre.
¡ Maldita sea la hora en que nací, y malditos sean los hombres que conmigo viven,
Hágase su extinción!
Tras estás divinas palabras pedaleé al trabajo esperando morir,
Deseando llegar puntual para no ser despedido.
Tuve suerte ese día y me tocó fumigar.
Cuando se fue el encargado, tiré al suelo las mascarillas y el equipo de protección,
con gran devoción empecé a trabajar.
Nada más alegre que aquello que mataba respirar,
¡ojala pudiera fumigar a toda la humanidad!
Sé que algún día alguien lo conseguirá,
Parar el ADN, mutarlo, colapsarlo, crear un virus letal…
Aniquilación instantánea y global.
Rezó por ese Mesías de la ecología que ha de llegar a ayudarnos.
¡ Hágase su voluntad, y el resto a respirar!
Siento en mi oración dañar a los que amen a los hombres,
y aún tengan esperanzas en la humanidad.
Ojala ellos consigan aliviar a los débiles de espíritu que sufren,
echándolos del planeta, ejecutándolos, o metiéndolos en prisión.
Hágase real su señorío letal,
y sea la humanidad dominada ,
por los más crueles y poderosos hombres.
Solo la crueldad y la honestidad nos puede salvar de nuestra mala conciencia.
Amen.
Y en el silencio del desempleo y la ley mordaza,
Se escuchaba entre las colmenas ,
un susurro de unas abejas que oraban y trabajaban.
¡Oh abejas!
Vosotras sois amigas que voláis alrededor de nuestras cabezas
Laboriosas abejas,
tan necesarias para labriegos, cocineros y nuestras vidas.
¡ Todos nos preocupamos por vosotras!
Estáis en el centro de muchas conversaciones,
Incluso entre los políticos que ni miran por la gente que ejecutan.
Y hacen todo lo posible para que se mueran sin verles a los ojos
Como cuando hicieron desparecer del planeta a las tribus Abipones, Chiquillanes, Jujuyes, Timbres, Yacambis, entre otros miles y miles de aborígenes.
¡Hasta ellos preguntan por vosotras, pequeñas e importantes revoltosas abejas!
Vale más vuestra humilde vida , que la de muchos hombres, imperios y naciones.
¡Nadie quiere ni pensar que pasaría, si vosotras fuerais extinguidas!
Hay científicos pro sistema que asesoran a gobiernos que aseguran,
que sería peor que vosotras desaparecierais que banqueros y accionistas de la bolsa.
¡Ved con que valor os aprecian esos mal nacidos!
y vosotras tan humilde, tan tranquilas entre nosotros,
sobrevolando con ese susurro tan alegre y goloso.
¡Oh abejas!
III. La evolución.
Del campo al invernadero. Han cambiado tanto las formas de producción agrícola, como han cambiado los delitos.
Hasta hace poco no era delito atacar la medio ambiente, ni dañar a los animales. Ahora está equiparado el daño al medio ambiente o a un animal como dañar a una persona. Por no contar en lo emocional, para millones y millones de humanos es más importante la vida de su perro o de su loro que la de su vecino.
Incluso se aplauden iniciativas en España por la legalización en Kenia de matar a un furtivo que caza rinocerontes.
Y esto es el principio, la evolución de los delitos conforme evolucione la conciencia del hombre nos llevará a que será delito penal realizar prácticas que contribuyan a aumentar la temperatura, o ir a prisión por malgastar agua, cosas que hoy no son delito pero van a ser, como era inimaginable hace 20 años que alguien fuera a la cárcel en España por escribir sátiras o hacer chistes de Carrero Blanco.
Y es esta mala conciencia del hombre moderno, un auto engaño de que va a hacer un mundo sin dolor , sin sufrimiento, sin violencia, la que lo va llevar a desaparecer.
Ya hay muchas voces que desean la extinción humana. Su conciencia hermanos no puede más. Eras, milenios, siglos, y siglos de crueldades, injusticias, guerras, y nada cambia. Uno contempla el mundo ¿ y qué ve? La imagen del hombre, su huella destructora,! hasta el clima lo hemos modificado! – Lo impensable- Somos el cáncer del planeta. Solo puede haber un tipo de justicia autentica, y para que sea autentica debe ser radical. Nada de manifestaciones como las que se producen estos días de unos conservadores que se asustan de la contaminación y quieren paren el cambio climático.
Estos son más envenenadores de la tierra con sus buenas intenciones revisionistas, que los que tiran uranio al mar o una bomba nuclear.
La verdad es que lo único que puede salvar el planeta es la extinción humana. Y esta se producirá por su conciencia. Una humanidad asqueada de vivir, decidirá desaparecer dentro de nueve siglos. Trabajarán gobiernos, ONG, científicos, en preparar una aniquilación feliz del ser humano.
Será algo espectacular y hermoso, mejor que un sumani, un huracán , o un terremoto, que de forma cada vez más frecuente, anuncia a extinción, cuando se lleva por el aire, el mar, o al centro de la tierra a toda una población.
La conciencia del hombre moderno, humanitario y racional, no va a cejar en este intento de destruirse, y lo conseguirá, como ha conseguido tantas cosas.
Apostemos por el humanismo nuestra vidas.
Nosotros , no veremos esa alegre evolución, solo podemos aportar lo mejor de nuestros genes, los más sensibles y cualificados, para que vayan planeando la destrucción de la humanidad.
Caminante, no hay camino,
Solo el interés te hace andar,
Y al echar la vista atrás,
Verás tus huellas y un gran vacío,
que has dejado en este mundo.
***
Una tarde de hastío y melancolía,
Llevado por los sentimientos de desaparecer,
Quise volver a donde tenía mis huertas.
Hoy son pastos del abandono como mi alma.
De nada sirvió mi esfuerzo, ni mi ejemplo.
Nadie ha seguido.
En el camino encontré una vieja higuera.
Sus ramas estaban heridas.
Este hombre moderno de conciencia intelectual ,
Sensible, ecologista, casi mujer.
Había puesto en el camino a las ramas lacitos de colores.
Era bonito en una higuera la tela amarilla, verde y roja.
Pero hería sus ramas y le hacia sufrir.
Al final todos somos demasiado sensibles,
Y tuve que quitar esos lazos pidiendo desaparecer de este planeta,
Antes que contemplar a cada paso tanto dolor para que haga bonito.
V suicidio del hombre moderno.
Triste es la vida del hombre moderno y el destino que tiene por delante.
Hoy cuentan mis compañeros que un vecino de unos cuarenta años se ha colgado.
Otro más a la larga lista mensual, una o dos personas caen al mes en Vall d´Uixó por su propia mano.
Yo mismo he pedido cita al psicólogo municipal por este motivo, y me han dicho que es estoy bien, que es normal y sano pensar en suicidarse.
La noticia de los suicidios no suele interrumpir la monotonía de mal vivir aquí.
Hay una gran comprensión en general por los que se quitan del medio por su propia voluntad.
Angelillo de Uixó.