EL QUETZAL EN VUELO

EL MILAGRO DE TU CANCIÓN

Tú me alegras la vida y enloqueces mi corazón, con cuatro teclas que pulsas

Un hola por las mañanas, es como echar mis alas al viento y volar,

Ir detrás de un sueño, de un amor por vivir, prendido a una esperanza,

Que cada mañana aparece, como salida del sueño que  no logramos terminar.

 

Me gusta soñar contigo; así traviesa, coqueta, irreverente y atrevida,

Con la estatura de un suspiro, la belleza de un beso y la ternura de una caricia,

Juegas con mis letras y las alejas del tintero para ahogarla en un beso,

Que luego se hace canción, en la dulce melodía de un ritmo  desconocido.

 

No sé cómo mis letras llegaron a tus ojos, como descubrieron ese camino,

Esa vereda oculta que lleva a tu corazón y sin saber logre repararlo todo,

Repare tus sueños, abrillante tus ilusiones, di nuevo aliento a tus suspiros

Mientras tú estabas haciendo el milagro de la canción de  primavera.

 

Ahora que te leo, que me lees y que los dos coincidimos en la misma estrella,

Su luz alumbra  las letras y las junta en un poema,  en un mismo corazón,

Cada letra mía presiente tu alegría y cada letra tuya mata mi tristeza,

El poema de los dos, borra las tristezas que nos ha dejado la otra noche.

 

La alegría es   difícil de alcanzar, sonreír no es solo un movimiento de músculos

No es decir hola y adiós; es beber del mismo pozo y  saborear juntos su néctar.  Ir de la A la Z y no dejar  punto suspensivo, porque tú lo llenas todo. Le das nuevo nombre a la alegría y haces del oficio de escribir una forma de vivir.

 

Es por ti que mis letras ya no viven encerradas en un poema,  liberas el alfabeto,

Rompes las reglas y te ríes del gerundio, inventas verbos y luego los desechas,

Visitas  mis poetas preferidos y le lees mis versos, haces que sientan envidia.

Tú eres la noche que te vistes de madrugada, la canción que visita mi alcoba.

 

Eres mi guitarra vestida de poema, con sus cuerdas pintada de rojo intenso,

La misma noche ha puesto dos luceros en tus ojos y desde ahí me alumbran,

Tu cuerpo es una selva amazónica sin explorar, sin conquistar, tus pechos son

Una montaña sin escalar que quiero conquistar y tu boca besar.

 

No existen las coincidencias ni encuentros furtivos, lo que ha de escribirse,

Está en alguna parte del poema, solo acomodamos las letras y el poema salta,

Al igual que el amor, está siempre descansando en algún recuerdo

Y cuando lo llama una ilusión, salta a escena como lo hace hoy conmigo.

 

 

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO