Zapalandia

Silencio...

Todo era nada para mí ...

Ahí estabas tú día a día...

Cada vez que te miro…

Es como un sueño para mí…

Como la luna llena, custodia a una ninfa, perdida en un mundo sin luz…

Cuando a mis palabras no le encontraban el sentido y al vacío caían…

Solo queda, que te atrevas a decirlo...

Para intentar entender, tu silencio...

Pensé en tu hermoso rostro...

Pensé en tus labios rojos...

Pensé en tus ojos bellos...

Pensé en tu dulce voz...

Pensé en tu cuerpo y en tu alma…

Ese rostro se transformó en invisibles noches…

Tu labios en ríos vacíos y moribundos...

Tus ojos fueron la ceguera de mis ocasos…

Pero ya no escucho tu voz, aquella vos dulce y delicada...

Que viste los vientos y arrulla mis silencios…

Aún me duele el alma, aún me duele el tiempo...

Y ahogado, de amor mi corazón late lágrimas de sangre…

Siempre pensé que era inmenso tu recuerdo, que bastaba para aliviar mi alma...​