Cada palabra eres tú sembrado en mi vida. Somos como ardorosos amantes que nos abrazamos, para reconocernos en el deleite. Escribo con las manos que atesoran mis caricias. Son las manos por donde fluye éste amor. Poemas con tu rostro en mis lunas. Has sabido hechizarme con tus atributos, que son como ese fuego en la hoguera inextinguible. Tu rostro es el paisaje abrasador que puede luquidarlo todo. Y solo tengo que soñarte para que el universo se haga tuyo. Tu estás más allá de las palabras, siempre viviendo en este mundo de paisajes. Amor sin tiempo ni distancias. Oh, amor, hombre encantador que amanece en mis lunas, amor con tus nombres escritos en las estrellas, jamás dejaré de amarte. Tendrá que morir el cielo, aún así, mi terco corazón, conseguirá la forma de volver a tí.