Mira como están las dalias; ansiosas por los claveles y mientras más las toca el viento más ansias les va cayendo y sus pétalos separan y, al sol, sus tallos muriendo.
Oye como entona el ruiseñor ese canto; endulzando, con él, el néctar de las hortensias, los nardos y las orquídeas que entregan a las abejas la vianda para su reina.
¡Ho! Que rico huele el ambiente; en él se encuentran trenzados los aromas naturales de jazmines, azucenas y gardenias embriagando el sentir, excitando los sentidos como un hechizo de amor que atrapa a tu corazón entre las rosas.
Sosiega tu vida. Saborea la belleza de las rosas, delicado manjar que apacigua el alma, descubriendo sutiles candores que conservan los rosales como ángeles el cielo.
Acaricia, entre tus manos, la textura de una rosa y sentirás cuan sedosa es la vida del rosal; donde siempre es primavera, donde siempre hay alegría, donde nacen las fragancias que perfuman el amor.
PABEDIZ.