Hoy me detuve ante el haz de tu mirada,
mis obstinados ojos nublados por la radiantes de tu rostro,
buscan la claridad en la agonía de un suspiro,
mi cuerpo tambaleante se ferra a tu presencia.
Y estas ahí, en la imagen perfecta de mis recuerdos,
tus labios tímidos excitan la añoranza de volver a tenerte,
cual pétalos de rojas rosas las veo emerger en un suspiro;
invitándome a beber su cáliz sagrado en la copa de un beso.
Tu rostro divinizado en mis noches eternas de insomnio,
esa piel rosa que ni en mis recuerdos más viejos palidecen,
la calidez de tu sonrisa aviva mis sentidos,
haciendo revivir mi vida, acortando el sendero de tu ausencia.
Y estas ahí en el cálido ambiente de mis pensamientos,
en el oído de mis versos, murmuro un te quiero,
pues, a un sea la única manera que te tengo,
mientras llega el amanecer de mi presente y no te tengo.
Y no te tengo, pero que ironía,
pero sólo te beso en el ambiente de mi mente,
te digo te quiero, en el oído de mis versos.
En mi realidad estas distante. Hoy eres de otro.