Carlos Eduardo

A M A P O L A S

 

 

Allá van esos amigos que vivían en sus piezas de cartones y fonolitas, ojalá los alcance, hola Pepe y tú ¿María?, sí, un abrazo, ¿Qué cuentan?; tanto tiempo, estamos juntos, seguimos igual que hace 60 años, nada ha cambiado para nosotros, ¿a qué le llamaran amor aquellos que tienen y gobiernan? Es una suerte estar vivo todavía, no sé qué nos sostiene, si todo es tinieblas en las poblaciones, las 7 plagas de Egipto son irrisorias para lo que le toca al pueblo. Cómo salir de este laberinto…

 

Sabes cuáles son nuestras ocupaciones diarias, poder trabajar en lo que sea, llevar algún dinero al hogar para comer, estamos colgados a la electricidad, asaltan, roban, ¿a nosotros?; vivimos por vivir, no sabemos qué es el amor, ni entre nos, porque qué es, se pueden tener las mismas ideas en este estado de miseria, nos sobran las palabras, pues no tenemos nada. Como quisiera cambiar mi discurso, una verdad diferente a esta que me ha tocado. Hasta hablar me consume energías.

 

Sólo esperamos morir pronto. Con esta vida no se puede vivir.