El viento me lleva y nadie sabe de mí
me verás caer, como una paloma sin alas,
busco el refugio entre la niebla.
Una ciudad sin destino
la luna eleva mi vuelo,
el astro rey pone freno a mis locuras.
Los aromas de los alboradas
buscan tus piernas,
tu silueta profesa el deseo carnal.
La música propicia deslizar el amor
entre sábanas nace el canibalismo,
como veneno que mata el amor.
El tiempo transcurre entre caricias
un cigarrillo complace la transpiración,
del orgasmo sin precedente.
Quiero seguir tus movimientos
para dejar mi omisión,
y volverme adicto tus manos.
La eternidad se hizo infierno un instante
entre besos y caricias,
como mutante del amanecer.