Tu rostro en el mío, sobrepuesto a la demora
tu mano entrelazada con la mía entre los transeúntes alelados
la tarde calurosa cruzamos la avenida
para partir cada quien en sentidos opuestos.
Tus pasos y los míos dejando imaginaria huella
uno pisando al otro co-fundiéndose plásticamente
a lo lejos el espejismo de nuestros cuerpos
yendo de nuevo al encuentro
mientras el bullicio de la tarde erosiona el matiz de este collage
El beso sobre el lienzo de la despedida
el abrazo de pinceladas difuminadas por el adiós
la emoción de nuestros rostros matizados por un hasta luego
que deja morir el ocaso sobre la raya equinoccial de un ruego
La despedida sobre el lienzo del beso
las pinceladas del adiós estarcidas sobre indiferente abrazo
el hasta luego claroscuro sin matices ni emociones
ahora el ruego es quien muere sobre el horizonte del próximo ocaso.