Los poemas son la memoria de la vida
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Que protege a la vida del precipicio
Del vacío
Del abismo humano
Nosotros nos encerramos y nos creemos a salvo.
La piel y las cicatrices ensalzan su memoria
pero ¿será suficiente para que resista al infinito?
Tal vez los poemas logren que la vida perdure.
La vida tiembla cuando se piensa, cuando se escribe, cuando se canta, cuando se ama.
Y la vida se convirtió en vulnerable al aproximarse al infinito.
Y su corazón se asustó tanto que casi se paró.
Solo queda una solución
Enterrar los miedos y apostar por el amor
Amor ingrávido a la deriva o hacerse a la idea que la vida envejece cuando llega al infinito
Que debería ser nunca pero todo llega.
Y reconocer que el amor es la gran oportunidad y un viaje mudo suspendido en el tiempo.