Por la mañana,
y junto algunos robles
cantan los grillos.
Se ven gallinas
y vacas por los prados,
madrugadoras.
Nos saludamos,
les pido que sonrían,
pero no saben.
Al mediodía,
se vuelven para casa
los labradores.
Algunos niños
se quedan en la playa
haciendo tiempo.
Hora de estar
comiendo y en familia
en los hogares.
Luego, la tarde,
se pasa en un momento,
en el otoño.
Cierta tristeza
se funde en el ambiente
sin darse cuenta.
Acaba el día,
la luz nos abandona,
llega la noche.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/09/19