CAMINEMOS JUNTOS
Vení, vení conmigo, salgamos a caminar un rato.
Quiero sentirte cerca mío, como un noble amigo.
Hagamos de cuenta que estamos en el recreo de la escuela, que importa que nos separen 30 años!
Juguemos, caminemos juntos, riamos para mantener el alma sana; porque si ésta enferma lo padece todo el organismo.
No dejemos de caminar, dale, pongámonos al día.
Tratémonos con diafanidad, no dejemos de ser cómplices.
Quiero que sigamos disfrutando este recreo, aún falta para que toque el timbre.
Brindemos con cognac, o con malbec, pero brindemos, no olvidemos de hacerlo.
Hace unos años que éste también es mi día, démonos un mutuo abrazo, o dos. No, mejor tres, si, tres fuertes abrazos! Que sean tres abrazos bien apretados.
Formemos una cadena que nos mantenga siempre unidos, seamos como esos eslabones duros que jamás se rompen.
Dale! Dale que el recreo no ha terminado.
…Y si toca el timbre, démonos por satisfechos por haber caminado siempre juntos.
Con el corazón, tu hijo César.