Entre mis deseos más utópicos , se me presenta uno cada vez más seguido, la calle del recuerdo, una arteria que me lleva a encontrar mientras la transito, toda esa cantidad de amigos que vaya uno a saber, en que parte del camino habrán quedado, a veces me pregunto si yo no habré ido demasiado rápido, o ellos se lo tomaron con más calma.
Por otra parte me cuesta cada día más seguir aferrado a mis sueños, pues al abrir los ojos, me encuentro con la terrible realidad de la vida actual, en la cual la tabla de valores hoy en vigencia, no tiene nada que ver con la original (la de allá lejos, y que aún practico).
Soy muy conciente que como me niego a saber el precio de las acciones, los bonos o el movimiento de la bolsa, me descoloca con respecto a los demás, que ante tipos como yo lo único que atinan a decir es…este ejemplar no existe, pero no importa, yo seguiré siendo contra viento y marea, un pobre quijote, habitante del país de las utopías.
¿Ustedes se dieron cuenta a la velocidad que se mueve el mundo?, es tal que no hay tiempo para el romanticismo, para ver las cosas lindas de la vida, ni para disfrutar la invalorable presencia de un amigo, revolviendo un pocillo de café en algún viejo bar, uno en que tal vez el fantasma de algún antiguo soñador, nos cuente la historia de un solitario que en una de sus mesas encontró la última estrofa de su poesía, que la musa que lo inspiró…NUNCA LLEGUE A LEER.
Cuanta razón la de ese gran poeta DISCEPOLÍN cuando dijo:” el porteño de chico caza mariposas, de grande no las ve, va tan ligero…que las pisa”, pero menos mal que mientras exista mi barrio y me quiera recibir volveré a sus brazos, aunque sea esquivando achaques, porque siempre tendré algo para contarle.
Muchas veces me pregunto si los que tienen decisión de poder, los ricos y los famosos, los que se hincan para rendirle pleitesía a los bienes terrenales, si alguna vez se van a poder dar el lujo que me doy yo (que entre otras cosas me sobran los sueños) ,cuando muchas veces sentado a la fresca sombra de los recuerdos, suelo estremecerme a pesar de la distancia, con los versos de RUBÉN DARÍO, testigo fiel de mi romántico despertar.
Pero no me desespero, porque intuyo que uno de estos días, desde la niebla del pasado, aparecerás vos, mi vieja nostalgia y nos iremos juntos y felices recordando…TODO LO BUENO QUE NOS PASÓ.
Quisiera llevarte/ prendido en mi pecho/ sentir tus latidos/ golpear de emoción/ portar tu recuerdo/ cual marca indeleble/ y a pesar del tiempo/ vivir…la ilusión.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)