En la playa de mi lejano pueblo
quedaron pedazos de amor regados en la arena
amor de adolescentes
viejos amores de viejas personas de rostros desconocidos
amores turbulentos de parejas traicionando consortes
amores furtivos que luego consumaron matrimonios
relaciones de sal y vientos en aguas ondulantes
unas veces como espectador
otras veces como parte del hecho
otras tantas como oidor de la historia
que contaban voces anónimas
sobre pasiones también anónimas
fueron amores anómicos
sin cama ni lencería
con ropaje o sin él
la playa quedó baldía
sin el arsenal de besos y eyaculaciones azarosas
a golpe de olas
Dos cuerpos desnudos fraguando orgasmos
la marejada súbita que arrastra las ropas al abismo abisal
cada cual íngrimo en su desnudez camino a la morada
un perro melancólico ladra sin consuelo a las estrellas
Cuando la Carmen decidió entregarse a Simón
tembló de miedo en sus brazos
y ella lo odió para siempre.