MI TITAN
Terco y valeroso, así debe ser un titán,
decidido y corajudo, para afrontar cualquier tormenta infernal.
Los imponderables no se pueden planificar,
y de eso es consciente el titán.
Al titán lo pueden aconsejar,
pero él bien sabe que estará solo para pelear.
Sus armas pueden no estar o mermar,
pero su corazón se agiganta como marino en ultramar.
Y no lo reten ni se le enojen,
porque el titán avasalla donde los demás se encogen.
Quieren parecerse a mi titán?
Pues actúen callados y con valentía, jamás intenten aparentar.
Si llegan a dar con un titán traten de escucharlo,
no hay tantos y es de gran fortuna poder encontrarlos.
Yo creo que vi a uno, pero mejor me quedo callado,
no vaya a ser que por imprudente se aparte de mi lado.