Los mendigos de la tentación,
revelan sin piedad,
lo que se esconde
detrás de una mirada de deseo,
a punto de ser sacrificada
por el espejismo de la realidad.
Porque la tentación allí está prohibida,
las miradas de deseo encarceladas
y los mendigos condenados a la soledad.
Porque en esa realidad paralela
a nuestro mundo,
los sueños son una ilusión
y la soledad una opción.
¡Despierta!
aquí somos libres de tabúes
y nos emborrachamos con felicidad,
qué más da perder el norte de la realidad, mientras puedes navegar
sin brújula en tus sueños.