Pablo R.

ESPECTRO

 

 

Porque la lluvia duele

cuando resbala

por el cristal

ahumado de mi alma,

porque el mar

se vuelve bravío,

y la luna serena

pierde su calma.

 

Porque las noches

se vuelven hastío,

porque hace frío

aquí en mi cama,

porque en silencio

repito tu nombre

que aturde el vacío

que hay en la casa.

 

Porque la gente

se vuelve ceniza,

cuerpos sin rostro

por mi lado pasan,

porque este cielo

de pronto se nubla,

porque mis ojos

sin verte se cansan.

 

Porque mi cuerpo

me quema por dentro,

mi piel ajada

se cae en pedazos,

porque me duele

la nada que habita

en la plegaria

que claman mis brazos.

 

Porque el oro es barro

y la plata nada,

el diamante es vidrio

y el zafiro es agua,

porque la luz es sombra

que lo invade todo,

afilada daga

cuando tú me faltas.

 

Porque una caricia

se vuelve viento

y un beso en mis labios

se vuelve amargo,

porque tu mirada

se pierde en el tiempo,

ya nada existe

cuando yo te extraño.

 

 

-. PaR
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02102019