Esa piel algodonosa
Lo esperaba arañando cada segundo, de su existencia. apareciendo en el ambiente ese perfume ungido de prosaicos aromas anclados como colmillos en su olfato...
Se desnudó dejando caer sus prendas al suelo, para seducir a aquel hombre de mirada profana e intensa, mostrando su divinidad,su piel, su silueta y su figura...
El sabía que sus rasgos eran conocidos mucho antes de que naciera, lleno de dunas de otoño, estrofas de primavera, llanuras de un adn vivido en otro tiempo, en otro cuerpo, en otra vida....
Su piel de tacto algodonoso, tenía la suavidad de una pluma de contornos imperfectos, llena de valles virginales, justo a la medida de mis vacíos mas profundos...
Le deje un puñado de besos en la puerta de su boca...
Ella abrió la caja de sus memorias compartiendo la senda de sus añoranzas...
En sus curvaturas se alzaron sus llanuras estremecidas como un poema viviente, sus versos hacían rimas con mi piel y el deseo quedaba consumido por mi cuerpo viéndola arder por ser yo quien la encendía...
Nos amamos dejando belleza en los prados encantados de la piel, esparciendo las cenizas de un incendio tan agónico y suculento como el nuestro.
Solo el alma era capaz de conocer sus raíces y las mías estaban ancladas al corazón de quien las alimentaba, ella, siempre ella.
Jordi Etresi