Donde la gente solo deja huellas,
cansinas y errantes en silencio,
nosotros hicimos caminos,
y susurros que hacían palidecer,
las hojas plateadas de los álamos.
Donde los pájaros solo dejaron,
dibujos de flechas de ébano,
en ese celeste inmenso,
nosotros pintamos un corazón entregado,
una razón más cierta que el pan.
Donde se duermen los sueños,
a la vera de la vida esperando,
que algún delirio los despierte,
nosotros escribimos con besos de lluvia,
una alborada con nombres entrelazados.
Donde nacen los arco iris,
allá a lo lejos en ese colchón verde,
están nuestras noches cansadas.
Todo es magia,
en esa constelación de palabras.
A nada me atrevo sin tu mirada,
tengo mis venas abiertas,
y de ellas fluyen sinceras ,
flores carmesí que esperan tu siembra.
que aguardan tu llegada...