Rodrigo A. Alvarenga

Villana

Cerveza amarga,

caricia ensayada,

café de mañana,

herida en el alma,

sí;

sos vos la villana.

Aquella que se jacta

de no ser amada,

a sabiendas de lo mucho

que este imbécil…

¡la ama!

 

No quisiera tildarte de ingrata,

pero mi amor,

vos,

sos la que no sabe nada;

estaría dispuesto a regarte por las mañanas,

limpiar todas mis cagadas,

rectificar cada una de mis palabras,

trabajar largas jornadas,

e inclusive más

-por tu mirada-,

pero,

eso,

a vos,

no te hace falta.

 

Por eso,

mi querida villana,

sos la mala de este pequeño drama.

 

...desafortunadamente,

pecaminosa fiesta pagana,

tu papel,

me encanta.