Cerveza amarga,
caricia ensayada,
café de mañana,
herida en el alma,
sí;
sos vos la villana.
Aquella que se jacta
de no ser amada,
a sabiendas de lo mucho
que este imbécil…
¡la ama!
No quisiera tildarte de ingrata,
pero mi amor,
vos,
sos la que no sabe nada;
estaría dispuesto a regarte por las mañanas,
limpiar todas mis cagadas,
rectificar cada una de mis palabras,
trabajar largas jornadas,
e inclusive más
-por tu mirada-,
pero,
eso,
a vos,
no te hace falta.
Por eso,
mi querida villana,
sos la mala de este pequeño drama.
...desafortunadamente,
pecaminosa fiesta pagana,
tu papel,
me encanta.