Silencio
-tu voz rugiendo
desgarrando mis senos
quitándome piel y plumas,
desbordándome en tu piel
canela y agua-
entre
-yo que soy lagos
que me vuelvo ríos entre tus manos
que me desbordo como presa
y te mojo todo;
tú que eres fuego
lava de Pompeya
tú que estás frente al Pozo de Darvaza-
dos
-luego sismos y diluvios
que invaden sus cuerpos
sismos que te vuelven divinidad
diluvios en los que mueres como humano;
y quedas libre
caída libre
en picada hacia mi reino.
Luego de la noche viene el día,
luego del clímax vengo yo.
El orgasmo es una pequeña muerte-
amantes.