En la duda reside la derrota…
Tal vez no lo dijese con demasiado ímpetu,
aunque sí reconozco haberlo pensado
cuando la pistola apuntaba mi estrofa
y las alas eran vanidades
de honestos y majaderos.
No seré yo el que diga que no estuve
envuelto por las indecisiones, por la oscuridad:
Eran tiempos sin “tic-tac”, sin destellos de maestrías
Ocultas; era un síntoma de “delirium tremens”,
una “cosa” que rondaba mi garganta
y mi envoltura de imaginería perdida,
oscura y perdida.
Ahora casi no dudo y la luz es sensitiva;
aún hay gente que me dice lo contrario,
y unos pocos que guardan mi visión chocarrera
sobre el mundo y la oscuridad que nos ronda
con sus manos fulminantes y tenebrosas.