Julio Noel

A una margarita

En el verde del prado terciopelo

se pintaba una blanca margarita,

como era tan hermosa y bonita

sólo se dignaba mirar al cielo.

 

Trepando por su tallo desde el suelo

hasta ella se acercó una mariquita,

que le inquirió por qué era tan bonita

antes de iniciar su rápido vuelo.

 

La alba flor no supo qué contestar

a aquella pregunta tan lisonjera,

por lo que muy triste se echó a llorar.

 

La mariquita emprendió muy ligera

su vuelo en busca de otra bella flor

para no incrementar más su dolor.