EL QUETZAL EN VUELO

EXPERIENCIA ONÍRICA

Fue una estupidez decir que me gustaban las mujeres que SUFREN POR UN AMOR, quise decir las  que sufrían por  amor, pero me enredaron tus ojos, se me seco la boca y las piernas me temblaban y malogre ese momento especial que pudo ser noche.

 

Te mire a lo lejos, pensando en la distancia entre tu cintura y mis brazos, era enorme; de la luna a la tierra, sin embargo tu orbita te trajo de nueva cuenta a mí y así sin prepararlo, las cosas salen mejor. Preguntaste por mis gustos y el afán por el dolor.

 

Creo que era la primera vez que una mujer me regalaba un clavel y una copa, no estaba acostumbrado a ser seducido, quién buscara en mis ojos las huellas del pasado. Yo era poesía, noche, vino, canciones, seducción. ¿Pero ser seducido?

 

La noche siguió su rumbo hacia el desconcierto, hablaste de mi pelo, el gusto por mi barba y mi estilo de vestir te excitaba y de nueva cuenta tus ojos psicoanalíticos se clavaban en mi pasado,

Buscaban en la cueva de mis traumas la fiera que me azuzaba.

 

Me llevaste  en tu velero hasta en medio de mis confusiones, ahí tiraste el ancla y de nuevo entraste a una parte oscura de mi vida, sin una lámpara ni forma alguna de como regresar; era el cuarto oscuro de los tormentos de mi vida, ni yo entraba ahí.

 

Llego la mañana y mi confusión aun no salía del asombro por saber si fue un sueño, si fue real o solo mi imaginación sugerente, mesclada con el vino , el hastió y soledad de una tarde; pero un beso en el espejo y el clavel decía que volverías.

 

Quise interrogar a la noche, a la mañana, a las violetas de mi jardín, tenía necesidad de  saber si era real el olor a desconcierto de mi cama, de donde salió ese color  de encuentro de mis sabanas. ¿Porque no estaba la guitarra y el cuaderno azul?

 

¿Qué paso? ¿Qué sucedió anoche?...el corazón seguía en el pecho, en el pensamiento nadie estaba pendiente, ni había fila en el concierto de  los sueños, las dos botellas de vino tinto seguían en la heladera y yo solo en mi ancha cama…

 

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO