Entraste a mis días azules,
llenos de transparencia emocional
Yo aún escribía una historia,
y por ti no conté un final.
Fue más excitante contar una
donde tú fueras el personaje principal
Y amo seguir bailando
en estas estrofas virreinales.
Apodaste mis versos y canciones,
las hiciste tuyas en cada cantar
Y ahora sólo puedo aceptar
que sin ti volverían los temores.
Amado de mis manos,
de este lienzo que cubre mis huesos,
permíteme siempre esta dicha,
no dejes de cautivar mis días.
Meylen Hirasú G. M.