No está entre mis manos
y en mis bolsillos tampoco,
en verdad han sido vanos
mis intentos por poder
encontrar mi cordura y saber
que no estoy volviéndome loco.
Ya he mirado atrás,
a los lados, hacia delante,
pero no encuentro la paz
que antes sobraba en mí
y que ahora perdí
por sentirte tan distante.
Trato siempre de entender,
pero ahora nada entiendo,
¿por qué voy a perder
mi tiempo en ti pensando?,
si ahora estoy llorando
y tú ni me estás oyendo.
Estar solo es tal vez
una especie de sentencia
que me toca cumplir, ya ves,
recordando mis amores
y dejando mis errores
ocultos en mi conciencia.
Es tanto lo que te llevaste
que no va quedando nada de mí,
el viento en el que viajaste
es el mismo que nunca te trajo
y no hay un camino o un atajo
que no me lleve hasta ti.
El problema es tu ausencia,
que no estés en ninguna parte
y que aún me llegue tu esencia
y a veces hasta crea que te toco,
porque este solitario, llorón y loco
nunca ha dejado de amarte.
Tengo mi alma ansiosa
y sin ti muere sedienta,
mi pequeña luz hermosa,
el día en que por mí reces,
yo lo habré hecho tantas veces
que habré perdido la cuenta.
Y si un día me canso de buscarte,
de tanto esperar tu encuentro
y llegara a tropezarte...
tal vez ya lo hice y no lo sé,
no creas que te olvidé...
¡es que te llevo por dentro!