alicia perez hernandez

Volví amarte más qué antes...

Volví amarte más qué antes...

Volví amarte más qué antes, ¡Amor!
...Volví amarte entre tiempo y espacio
busqué un tiempo para ti y para mí
entre nubes y arco iris y me volvió la
pasión por ti, recordado el olor de tu piel 
y el abrazo sosegado en tu pecho ardiente
desde el abrazo aquel qué no olvido, 
tus huellas no se borran están intactas
las dejaste esparcidas por todo mi cuerpo.
...Y el beso trémulo de pasión en mis labios 
eres tú el amante mío de mis noches frías 
y de mis desvelos y de mis pasiones por ti. 
Eras tú el dulce despertar de mi alma 
el cálido beso apasionado de la mañana, 
el sobresalto sobre mi cuerpo a media noche
y el desvarío de día que me enloquece de amor.
Tú muy mío yo muy tuya noches enteras, ¡Amor!
Vuelvo a ser yo, a sentir cuando estás conmigo, 
vuelvo a ser tuya y anegas mi cuerpo con tu hombría
vuelvo a ser de ti y tú de mí, de los dos,
en esta espera sin tiempo ni espacio de los dos.
Vuelve la vida a encenderme de pasión por ti 
quiero vivir bajo las sábanas calientes de tu piel
y gozar el fuego ardiente al que me llevas y me envuelves
en tu sentir de hombre enredados los cuerpos apasionados 
cómo un desvarío o epifanía nos hace eternos 
en la noche de tu visitación al altar de mis deseos,
de mis amores y, profanando el cuerpo mío enloquecemos
aturdidos y mareados entre besos y caricias nos damos la vida
hasta el amanecer de un nuevo día, no lo buscamos solo se dio
con confesiones y perdones por ser tú el Amor mío
y venir a mis aposentos donde hago mis rezos, 
para qué seas tú el amante perfecto de todas mis noches,
 mi guía, mi maestro, mi hombre, mi cómplice de secretos.
...Y mi  amanecer de todas mis mañas y mis soles
envuelta en ti y tú en mí hasta otra vida
todos los días de mi vida y hasta la eternidad
en una sentencia de amores y promesas nos dimos la vida
tú y yo, mi amante perfecto de todos mis días,
de todos mis años y de todos mis sueños hasta morir 
en tus brazos. Siempre tuya, siempre mío, ¡AMOR!
¡Volví amarte más qué antes, Amor! 

Alicia Pérez Hernández...México 
No es la pluma la que escribe, es el alma
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