Etérea...
te desvaneces,
lánguida y frugal...
te deshaces pálidamente,
en pompa de jabón...
o en tristeza en su silencio,
nada pareciera
desnaturalizar la enredadera
de todo lo creado...
salvo la irreverente
y vanal concupiscencia
del cosmos,
en su impúdico
EMBELESO.