Llevaba la rosa
en su lado izquierdo,
marcando el compás,
de su corazón contento.
Brillaban sus sueños,
como diamante perfecto,
elevándole el alma
en un libre vuelo.
Soñaba despierta,
con el amor intenso;
aromas de sol
Y alegres encuentros,
porque él era la rosa
que cubría su pecho.