A. Martinez

Otra vez.

 

En un voto democrático
ambos coincidimos
en buscar un refugio
para apartarnos del sol
de su luz y su calor
el calor temblará con algo nuestro
y la luz será domesticada

 

Vamos donde el crepúsculo
riega las cornisas
con lágrimas de fuego
perforando cada agujero
de colores que limpian
los azules celosos del cielo
desafiando pinceles
de enamorados artesanos

 

Allí las sábanas presienten tus pies
tu claridad de lluvia
la reaparicion de tu cuerpo
entre suspiros que desafían
lo ingravido de la muerte
con la desnudez que estalla
irrumpiendo en los
predios sagrados del silencio

 

No hay ritos
que no hallamos complacido
pero siempre habrá
un secreto nuevo
que remontar a besos
y tus cabellos sueltos
se inventarán sabias figuras
que anegaran mi pecho

 

Eduardo A Bello Martínez
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