DIME LA VERDAD
Te noto extraña, últimamente.
Ayer te llamé, no me respondiste.
Te envié un mensaje por email,
no me lo contestaste.
También hoy lo he hecho,
y aún sigo sin tu respuesta.
Me sorprende bastante tu silencio.
Si no respondiese yo a tus comunicaciones,
supongo te pasaría lo mismo que a mí.
¿Qué es lo que te pasa?
Dime la verdad.
Demuéstrame una vez más tu sinceridad.
Siempre hemos sido muy comunicativos.
Nunca nos hemos estado ocultando...
y esta vez parece que sí tú lo estás haciendo.
Tus motivos, lógicamente, has de tener.
Y me creo con todo mi derecho
de saberlos. Soy quien soy para ti.
¿O es que tú has dejado de ser
lo que fuiste hasta hace un par de días?
Estás muy sensible y extraña últimamente.
¿Dejaste de amarme?
Dime la verdad.
La que fuere, sabré comprenderte.
Siempre hemos sido sinceros.
uno hacia el otro.
No comprendo tu actitud, ni tu silencio.
¿Tienes respuesta a mi pregunta?
Dime la verdad.
No te ocultes, no desaparezcas de mi vida,
así, de esta forma tan incomprensible.
¿Te has ido de viaje con tu madre?
Llamo a tu casa y ella tampoco responde.
¿cómo viajar yo tantos kilómetros
sin saber si estás allí o no?
Es la casa de tus tíos.
Debemos enfrentar esta realidad.
Sin rencores, sin engaños.
Sólo quiero que me digas la verdad.
Tiene que ser así.
Al morir mi esposa,
quedé solo en la vida.
Tú también pasaste por la misma situación.
Enviudamos los dos, y unimos nuestros sentimientos.
¿Qué ha pasado con los tuyos...
has dejado de amarme?
¿Por qué tu silencio?
Esta insólita ausencia,
sin ninguna explicación,
sin siquiera una nota,
una despedida,
un por qué.
Desconozco totalmente el motivo
de tu actitud.
Ni siquiera sospecho,
porque no hemos tenido ninguna
discusión... no puedo concebir
la realidad de tu silencio y ausencia.
Estaré en casa hasta muy tarde,
espero una respuesta tuya.
Si quieres saber si estoy preocupado por ti,
sí, lo estoy. ¿Te complace saberlo?
A mí más me agradaría saber de ti,
diciéndome la verdad
de esta injustificada ausencia.
Estoy sin coche,
sabes que lo tengo en reparación
hasta dentro de unos días.
Sé adulta y valiente.
No me dejes en la intriga,
y no mezcles a tu madre en esto,
sé que ella me aprecia.
Tú me amabas, y estoy seguro sigues amándome.
Pero justifícame tu silencio y ausencia.
Me lo merezco. Espero noticias.
Dime la verdad.
Tuyo por siempre:
Héctor Enrique.
Derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 02/10/2013)