Un aroma a camelia suave
irrumpió en mis sueños
la otra noche...
un soplo breve de perfume,
una fragancia sucinta,
que en el aire,
aportaba recuerdos dolorosos.
¡tus pupilas, tus manos, tus cabellos!
Ese tierno sahumerio intenso
que tus labios
destilaban en los míos
tras tus besos.
Quimeras de un alma
emborrachada de amor...
de un corazón ceniciento
que tú quemaste, niña
y dejaste volar al viento.
DERECHOS DE AUTOR PATRICIA PALLE