En mi tierra, de estepas tan serenas,
donde habitan canarios y quetzales,
se respiran aromas de nogales
de claveles, de dalias, de azucenas.
Sus mujeres, tan bellas, son sirenas
con las castas de diosas ancestrales;
impregnadas de luces siderales
que superan en gracia a las helenas.
Son sus lagos, con aguas cristalinas,
regias fuentes que abrevan los poetas,
y flotando, sus rimas danzarinas
van vestidas de ninfas muy coquetas;
y tañendo marimbas muy divinas
los paisajes adornan sus siluetas.
Autor: Aníbal Rodríguez.