Cuando la nívea rosa acaricia su ternura...
y del angosto pecho se horadan sus secretos,
lánguidos besos de otoño ayer llorado...
arañan la mejilla orlada de oro y llama,
del céfiro elemento nace su cuidado...
lirio hoy certero de plata zozobrada,
pétalos sin tacha, envuelven su cintura...
la noche se engalana, desnuda a su fragancia.