El Gato Negro
Había una vez un gato negro que decía “miau, miau, miau”. Cuando llega éste hombre a descifrar un dilema en la casa de su amigo el fantasma y éste le pregunta:
-“¿Por qué me quitaste de la vista al gato negro?, me daba mala suerte, yo no quiero más trabajar…”-,
Y el fantasma le dice:
-“Pues, vete a trabajar que yá te llegó la hora…”,
Y el hombre le dice:
-“Oye, y ¿por qué tú no trabajas…?”-,
Y el fantasma le dice:
-“Yo trabajo, vengo de asustar a alguien y me fue muy bien…”-,
Y el hombre le dice:
-“Eso no rinde ningún dinero..”-,
Y el fantasma le responde:
-“Pues, yo tengo a tu gato negro y, pues, me da la mala suerte…”-.
Los Sapos
Había una vez un sapo durmiente en medio de su cueva. Y éste le dice a otro sapo que:
-“Oiga, sapo de letrina, ¿por qué usted no se come su alimento…?”-,
Y el sapo le contesta:
-“Porque no tengo…”-,
Y el otro sapo le dice:
-“Pues, vamos a cazar algo…”-,
Y el sapo le contesta:
-“Yo a casar, pues no, yá tengo rana y ranitas…”-.