fue un error,
amigo mío,
lo que marco mi destino.
Lo que inició mi desgracia
y acabó con mi sol.
Todo se volvió tinieblas,
era siempre oscuridad.
Ya no comía,
ni dormía.
Eran noches de dolor, confesaré.
No te vayas por favor,
te pedía como una idiota,
que confíes en mí,
que no lo volveía a hacer,
que lo arreglaría,
nunca más sucedería.
No me dejes mi amor,
yo te juro que me muero,
me lanzo ahora mismo,
eso le rogaba,
pero ya ni siquiera me amaba.
Fueron meses de desvelo,
pronto se volvieron años
y aquí me tienes hoy
ya no se si vivo,
o simplemente no he muerto,
pero ese error me arruinó
y lo arruinó también a él.