B. Velez

Costumbre de la queja

Quiero subir al punto mas alto de la ciudad,

Donde el sonido de las mil voces no llegacen,

Escribir lo que mi alma vomitace,

Y me hundire entre la malesa con el peso de las quejas,

 

Tan hambriento de momentos inalcansables.

 

Anochece y los problemas me controlan.

Sin cuerda soy un titere de las voces,

que reclaman su comodidad.

 

Y es hay, siempre hay.!

Donde nacen los deseos impuros 

Nacen las emociones corrompidas por el odio

 

La cotidianeidad del que nace y se pudre

El reprochable que siempre se aprobecha

La ignorancia de la boca del cuentista

que bomita blasfemias a favor de su ineficiencia.

¿Como acabar con la costumbre de la queja?