Por Alberto JIMÉNEZ URE
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Para rememorar mis pláticas
Con Carlos Contramaestre,
Adherente a la «Causa Palestina»
Retumban en mi cavidad craneana
Las incisivas y humorísticas expresiones
Del artista que, en recintos académicos,
Gustaba fornicar por insubordinación burocrática.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde solía contar la anécdota
Según la cual una frase mía
Haría feliz al cantor Alí Primera.
-«Tu portentosa voz
Me recuerda la de Ricardo Aguirre»
Ahí, en cuya barra atreví
Decir a Rodríguez Carucci
Y Domingo Miliani
Que había leído
Una novela de Camus
Intitulada La Muerte Feliz.
Me refutaron fortísimo.
Según los sesudos,
Albert no escribió ese libro
Y me emplazaron redactarlo.
Empero, años después,
Yasmine Vandorpe,
Investigadora,
Me daría la razón.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde Juan Calzadilla
[Ebrio más de libar
Cinismo que licor]
Repartía panfletos comunistas
A favor del «Hombre Novísimo»
Salvo estuve
De comulgar
Con poetas
En la pradera
Del oportunismo preclaro.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde, durante varios días,
Intenté dialogar con Rafael Cadenas
Sin escucharlo pronunciar
Versos o ideas políticas
En el curso de la complejidad específica
Implícita en un vaso de licor cebada.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde Edmundo Aray
Precipitó mis llantos
Recordándome
El magnífico padre
Que yo era ante su mirada
Perpleja por tanta madre
Explícita en mi Alter Hombre.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde vi cómo un autor
Le obsequiaba, firmado,
Un ejemplar de su libro
A José [Pepe] Barroeta
Que culminaría en un retrete.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Transmutándome al momento
Que Juan Sánchez Peláez
Me expresaba su malestar
Al comprobar que nadie,
Ni los autores, respeta
La «Creación Literaria»
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Y reviví cómo Javier Villafañe,
Salvador Garmendia y el «Catire»
Hernández D´ Jesús se desnudaban
Para luego caer borrachos en la piscina.
Regresé a beber cerveza
En el bar del Hotel Prado Río
Donde Omar Granados,
Obviamente molesto,
Intentaba convencerme
De ovacionar a Castro Ruz.
Salvo estuve
De comulgar
Con poetas
En la pradera
Del oportunismo preclaro.