Cuando la noche yace
en su mirada triste...
y de la desgastada niebla
se aturden los recuerdos,
cuerpos impuros
desnudan su secreto...
junto a la desasida fuente
se anudan de agua y oro,
en su arrebol renuncia
Cupido a su cuidado...
y de su certera flecha
la noche se engalana,
rosa temprana
se abraza de cariño...
junto al invierno helado,
errado en su reposo.